lunes, 13 de diciembre de 2010

Life is woderful



Era una mañana cálida, de mediamos del mes de mayo. El sol brilla con todo su esplendor y se reflejaba sobre la tenue piel que bañaba mi rostro y mis sonrojadas mejillas.
Como no, la blusa de rallas, ambiente marinero, olor a mar, sabor a humedad. Sí, desde lo alto del castillo podía contemplar la inmensidad del mar. Podía ver, como accedían pequeños veleros al puerto, como extranjeros y gente del interior paseaba asombrada por el paseo marítimo, veía a los pescadores en su máximo esplendor.
Cerré lo ojos, sentía como cada ráfaga de viento impactaba sobre cuerpo, sentía el bailar de mis ropajes y como se iba despeinando mi pelo. 

Y sonreía, ¿mirando a qué? ¿mirando a quién?

Me gusta, me gusta esto.

martes, 7 de diciembre de 2010

L'amour..



No he vuelto a estar en septiembre en París ,

cuando caen las hojas y navegan silenciosas
en los charcos de la lluvia.
Puedo recordar, tus dedos
pequeños y fríos, dentro de mi anorak,
buscando mi mano, apretándola sin llegar a abarcarla,
recitándome fragmentos de "Los versos del capitán", de Neruda.
Así, entre la lluvia y el otoño arrimados a nosotros.
Pasear por los campos de Marte o a las orillas del Sena,
nos procuraba la garantía de la soledad,
la ciudad abandonada en la tarde ante nuestros pies,
mientras el silencio nos alejaba de los demás
y tu voz era la luz que todavía me alumbraba.